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Maria Cristina Finucci


Concept 1879 Symbols 




Los objetos producidos industrialmente son extremadamente vulnerables ya que son constantemente descartados y tirados por los seres humanos. Tanto el hombre como las mercancías son víctimas de la cultura del consumo.

Estos objetos rechazados eventualmente se destruyen en piezas y se fusionan entre sí hasta alcanzar una situación de entropía.

Sin embargo, con la ayuda de la inteligencia artificial, logran organizarse en una nueva forma de vida.

Hace casi diez años, respondiendo a la pregunta planteada por Carolyn Christov Bakajev: ¿Qué siente un objeto cuando es destruido? en el catálogo de Manifesta 14, respondí: un objeto, cuando se tira, pierde su forma y termina en una colonia de leprosos, como yo considero que son las Islas de Plástico, y entonces es expulsado de la vida de las personas. En una sociedad capitalista, el valor de los bienes de consumo coincide con su costo. Su vulnerabilidad está determinada por su precio: cuanto más bajo es el costo, mayor es la vulnerabilidad. En algunos casos, no es ni siquiera la preciosidad del material, sino solo el precio lo que determina la valía.

Se tira una pajilla, pero no un objeto costoso, aunque ambos sean de plástico.

Existe una analogía con la vulnerabilidad humana.

Mi pregunta hoy es:

¿Qué siente un objeto cuando, después de ser destruido, haber sufrido una metamorfosis y haber recuperado fuerza, vuelve a formar parte del ciclo de la vida y el universo?

¿Cómo se siente cuando, tras su muerte aparente, resucita en una forma de vida diferente? ¿Sigue existiendo en él un recuerdo de su vida anterior?

En 2014, para una instalación en el Museo MAXXI de Roma, inauguré la primera Embajada del Estado de las Islas de Plástico. Para esa ocasión realicé un censo de miles de diferentes objetos plásticos que podrían acabar en el Estado de las Islas de Plástico después de su uso, y publiqué sus fotos en las paredes de la Embajada. Cada uno fue catalogado y tiene un número progresivo. Para el CYFESTIVAL en Ereván, exhibí miles de objetos después de su transformación de mineral a orgánico.